jueves, 18 de febrero de 2016



Sistemas de Información en Salud. 

El conocimiento de las fuentes de información biomédicas es uno de los pilares básicos para el ejercicio profesio­ nal y para correcto desarrollo de la investigación en el área. Desde que la revolución informática propició una explosión informativa, la vida media de los conocimientos biomédicos es cada vez más corta, y la gestión de la información generada se hace más complicada en un entorno de «infoxicación» (intoxicación por exceso de información). Debido a la constante renovación de la ciencia, la información queda obsoleta rá­pidamente, con el agravante de que las nuevas publicaciones no sustituyen a las anteriores, sino que conviven con ellas. 



Este blog pretende dar a conocer a los profesionales de la labor médica las principales fuentes de información en ciencias de la salud y la metodología para la elaboración de búsquedas bibliográficas actualizadas precisas y exhaustivas, resaltando las posibilidades de Internet para el acceso a los trabajos científicos. Se realizará un recorrido por las principales bases de datos bibliográficas y páginas web de interés para la consulta y la referencia, así como por los principales buscadores en Internet.

Por último, se expondrán las posibilidades que ofrecen las herramientas y aplicaciones de la web 2.0 destinadas a mejorar la comunicación y el conocimiento, las posibilidades de la navegación en Internet a través de los documentos hipertextuales de carácter científico y el acceso al documento original en diversos formatos.




Referencias:

Aleixandre-Benavent, R., González Alcaide, G., González de Dios, J.,y Alonso-Arroyo, A. (2011): «Fuentes de información bibliográfica(I). Fundamentos para la realización de búsquedas bibliográficas»,Acta Pediatr Esp, 69 (3): 235-40.

Rodríguez Palchevich, D. «Nuevas tecnologías Web 2.0: Hacia una real democratización de la información y el conocimiento», E-LIS. Disponible en: <http://eprints.rclis.org/13897/1/Rodriguez-DianaTRABAJOelis.pdf> [consulta: 18.II.2016].

Sandars, J., y Schroter, S. (2007): «Web 2.0 technologies for undergraduate and postgraduate medical education: an online survey», Postgrad Med J, 83: 759-762.



¿Dónde buscar?


Uno de los primeros impulsos que sentimos cuando que­remos encontrar información es recurrir a alguno de los bus­cadores que existen en Internet. Aunque en muchas ocasiones este recurso resulta suficiente, es necesario tener en cuenta que en Internet «ni está todo lo que es, ni es todo lo que está», es decir, que hay mucha información importante que no aflora en las búsquedas convencionales y que mucha de la queaparece únicamente aporta ruido y confusión (Cordón García y cols., 2010). Por ejemplo, una búsqueda en Google sobre fibromialgia recuperaba en febrero de 2011 aproximadamente 3 640 000 páginas web. Ante este resultado tan abultado e imposible de asimilar, la solución no pasa por leerse la primera oprimeras páginas y conformarse con la información que apa­rece en ellas, sino en buscar otras alternativas más adecuadas y en establecer una metodología más precisa de recuperación de información en las fuentes apropiadas. Además, cuando se busca en Internet debe tenerse en cuenta que no toda la información se encuentra en la Internet global, es decir, en la red de información libre y gratuita accesible mediante programas navegadores y agentes de búsqueda, sino que una buena parte de ella se encuentra en la llamada Internet invisible, quees aquella que únicamente es accesible a través de páginas generadas dinámicamente tras realizar una consulta en una base de datos, o bien páginas web que no son indizadas por los motores de búsqueda porque están reservadas mediante protocolos de exclusión, o sitios web que necesitan contraseña. Los más de tres millones y medio de páginas sobre fibromialgia que hemos obtenido en la búsqueda proceden de la Internet global.
 

Por otra parte, no todas las fuentes proporcionan el mismo tipo de información, sino que en algunas está más procesada o sintetizada que en otras. Según el grado de procesamiento de la información que proporcionan, las fuentes biomédicas pueden ser primarias, que contienen información original (noticias, artículos, libros, fotografías, vídeos); secundarias, que recopilan la información contenida en documentos primarios (bases de datos, catálogos de bibliotecas), y terciarias, que sintetizan la contenida en las secundarias (revisiones, guías, informes, etc.). 
 


La metodología de recuperación de información en las fuentes apropiadas puede establecerse en varios pasos conse­cutivos: empezar las búsquedas en las fuentes de información terciaria; seguir con búsquedas en las fuentes de información secundaria; indagar en las fuentes de información primaria (revistas); como último recurso, ensayar la búsqueda «salvaje» en los buscadores y metabuscadores de Internet; finalmente, no olvidar los recursos, herramientas y aplicaciones de la Web 2.0, pues también pueden aportar información de interés (González de Dios, 2010).

Referencia: Aleixandre-Benavent, R., Bolaños Pizarro, M., y González de Dios, J. (2011): «Fuentes de información bibliográfica (II). Bases de datos bibliográficas españolas en ciencias de la salud de interés en pediatría: IME, IBECS y MEDES», Acta Pediatr Esp, 69 (4).



 Pasos en la búsqueda de información: 

Primer paso: Búsqueda en las fuentes de información terciaria.


En este estadio debe valorarse si la respuesta a nuestras necesidades de información puede obtenerse en trabajos de los siguientes tipos:

• Revisiones sistemáticas o trabajos de metaanálisis.

• Guías de práctica clínica.
• Informes de evaluación de tecnologías sanitarias. 


Estos documentos son los más apreciados por los investigadores y también los más citados, pues alertan y ponen al día sobre temas de interés. Una buena fuente para localizar este tipo de trabajos es la base de datos de la Colaboración Cochrane, cuya finalidad es la recolección, elaboración y difusión de revisiones sistemáticas a través de la base de datos The Cochrane Library, cuya edición en español es la Cochrane Library Plus e incluye la traducción al español de la mayor parte de las revisiones (Aleixandre Benavent y cols., 2007). 


Su acceso es gratuito gracias a la suscripción institucional realizada por el Ministerio de Sanidad y Consumo en la dirección. Por otra parte, las series de revisiones anuales publicadas habitualmente en inglés bajo denominaciones genéricas como annual reviews, current topics y year progress, entre otras, proporcionan también acceso a estos trabajos de revisión. 




Segundo paso: continuar con las fuentes de información secundaria o bases de datos.


Si no se han encontrado documentos de la tipología anterior, o la información que proporcionan no es suficiente para nuestras necesidades, el siguiente paso consiste en buscar en las bases de datos bibliográficas españolas y extranjeras de ciencias de la salud o multidisciplinares que tengan una amplia representación de trabajos biomédicos.  

Ante esta variedad de fuentes, seguramente la pregunta que nos hacemos será ¿en cuál buscar? IME es la fuente con mayor cobertura temporal (desde 1971) y tamaño. Sin embargo, en los últimos años no está suficientemente actualizada, por lo que es conveniente conjugar los resultados que se obtienen allí con los de otra base de datos, sobre todo Ibecs, que es la siguiente en número de revistas incluidas y tamaño. Para las búsquedas de temas relacionados con la enfermería Cuiden es la mejor opción por su amplia cobertura en esta área, mientras que en fisioterapia y podología debe considerarse utilizar Enfispo.


Entre las bases de datos extranjeras en ciencias de la salud destaca Medline, producida por la National Library of Medicine (organismo público dependiente de los National Institutes of Health de los Estados Unidos), pues es la más utilizada y tiene una cobertura internacional que incluye más de 4500 revistas procedentes de más de 70 países. Su tamaño supera los 20 millones de registros. Desde 1997 el acceso a Medline es gratuito y universal gracias a Internet y a la creación del portal PubMed (<www.ncbi.nlm.nih.gov/PubMed/>), que permite acceder al texto completo de numerosos artículos publicados en revistas electrónicas y a artículos relacionados con el que se está visualizando, establecer numerosos límites a la búsqueda y ejecutarlas con los términos normalizados del tesauro Medical Subject Headings, vocabulario médico estructurado jerárquicamente en el que existen miles de reenvíos entre términos relacionados y entre sinónimos, así como aplicar los subencabezamientos que permiten especificar el punto de vista o los aspectos desde los que se abordan los conceptos . Otra base de datos de interés es Embase, producida por Elsevier Science B. V. (<www.embase.com/>) (Estrada, 2007; Martínez Almagro y cols., 2007).




Notese en la búsqueda el uso de operadores booleanos y del paréntesis.

Aprende como usar PubMed en el siguiente tutorial.


Entre las bases de datos multidisciplinares deben tenerse en cuenta Science Citation Index (SCI) y Scopus.Esta plataforma permite realizar búsquedas en más de 9200 revistas, y una de sus peculiaridades es que incluye las referencias bibliográficas de los artículos citados en las bibliografías de los artículos fuente, por lo que resulta posible recuperar los trabajos citadores (y conocer a quien citan sus autores en la bibliografía), los trabajos citados (e identificar quién es citado y cuántas citas ha recibido) y también los trabajos relacionados (aquellos que coinciden en citar los mismos trabajos en sus bibliografías). Scopus, producida desde 2004 por Elsevier, dispone también de una amplia cobertura temática, compuesta por 4100 revistas procedentes del campo de las ciencias de la vida, 6700 revistas del área de la salud, entre las que se incluyen todas las indizadas por Medline, 7100 revistas pertenecientes al área de la física y 4300 del área de las ciencias sociales. 

Referencias:

Estrada, J. M. (2007): «La búsqueda bibliográfica y su aplicación en PubMed-MEDLINE», Semergen, 33: 193-199. 

Fresquet Febrer, J. L. (2008): Internet para profesionales de la salud. Madrid: Fundación Uriach. 



Tercer paso: indagar en las fuentes de información primaria.


Cuando no hayamos obtenido la información necesaria en las fuentes anteriores, el siguiente paso es buscar en las fuentes de información primaria tradicionales, es decir, en las propias revistas (González de Dios, 2010). Para conocer la oferta de revistas electrónicas existentes en Internet, lo mejor es acudir a los directorios de revistas electrónicas, pues son listas de revistas organizadas por alguna característica que permiten el acceso a sus contenidos. Aunque cada vez hay más revistas electrónicas de acceso gratuito, la mayoría de ellas requieren la suscripción o pago por ver o descargar los artículos. Algunos de los principales directorios de revistas electrónicas a texto completo multidisciplinares y de las ciencias de la salud son:

• FreeMedicalJournals (<www.freemedicaljournals.com>) 
• Directory of electronic journals, newsletters and academic discussion lists (<www.acqweb.org/journals.html>).
• Newjour-Electronic Journals and Newsletters (<http://gort.ucsd.edu/newjour/>).
• BioMed Central: The Open Access Publisher.
• PLoS: Public Library ods Science.
• PubMed Central (PMC): US National Institutes of Health.

Estas revistas electrónicas suelen ofrecer sus artículos en dos formatos de visualización, a elegir: en formato HTML (hypertext markup language) y en PDF (portable document format). HTML es el formato típico de los documentos publicados en Internet y permite ver los artículos sin que se necesite ningún programa específico. Los artículos se benefician de los recursos de Internet (como poder incluir enlaces hipertextuales a otros documentos y ficheros multimedia). Es el formato ideal para navegar por los documentos durante las búsquedas bibliográficas. El formato PDF, comercializado por Adobe, tiene la ventaja de ofrecer los artículos individualmente, reproduciendo el formato original de la versión en papel. Es el formato ideal para descargar y guardar en nuestra biblioteca personal los documentos de interés.








Cuarto paso: ensayar búsquedas en los buscadores y metabuscadores de Internet.

Como último recurso siempre se puede ensayar la búsqueda «salvaje» en los buscadores y metabuscadores de Internet (principalmente Google y Google Académico, pero preferentemente este último). Google Académico (<http://scholar.google.es/>) efectúa las búsquedas en una selección de páginas de interés científico (estudios revisados por especialistas,tesis, libros, resúmenes y artículos procedentes de editoriales científicas, sociedades profesionales, universidades y otras organizaciones académicas). Tras la búsqueda, presenta los resultados ordenados por relevancia, empleando para ello su propia tecnología de ranking, que toma en consideración el texto completo de los artículos, los autores, la fuente de publicación y el número de citas recibidas. Ofrece dos posibilidades de búsqueda, la búsqueda básica y la avanzada, que permite aumentar la precisión mediante el establecimiento de límites y otras restricciones. En la búsqueda sobre fibromialgia que nos sirve de guía, los más de tres millones y medio de registros encontrados en Google quedan restringidos a 342 en Google Académico si se limita la búsqueda al título y al periodo 2005-2011.







Opción: Búsqueda avanzada en Google académico.





En este tipo de búsquedas es muy útil conocer algunas funciones que se encuentran en el menú de herramientas de la izquierda:

«Sitios con imágenes», que proporciona imágenes localizadas en páginas web.
«Rueda de búsqueda», que muestra toda la terminología relacionada con el término de búsqueda y permite acceder a las páginas asociadas a cada término de la rueda 
«Búsquedas relacionadas», para acceder a las páginas de temática similar a la que se está viendo.
«Orden cronológico», que muestra las páginas ordenadas según los años citados en su contenido (no por fecha de creación de la página web).
«Diccionario», que muestra las definiciones del término de búsqueda que se encuentran en páginas seleccionados automáticamente por un programa informático.



«Rueda de búsquedas» sobre fibromialgia en Google.

Además, se pueden emplear otras funciones, entre las que destacamos dos por su interés:

• La búsqueda de datos públicos. Por ejemplo, al realizar una búsqueda en Google sobre esperanza de vida en Colombia, el buscador muestra un gráfico con los datos de este indicador sanitario extraídos de la base de datos del Banco Mundial, que pueden enriquecerse añadiendo los datos de otros países.

• La búsqueda entre comillas para encontrar páginas en las que se halle la cadena exacta (por ejemplo,una búsqueda con la sintaxis “antígeno prostático específico libre”, mostrará las páginas en las que se encuentren las cuatro palabras, una a continuación de otra y en ese orden).

Existen también buscadores específicos biomédicos, como los de la tabla 1 (Coronado Ferrer y cols., 2011):




Referencia: González de Dios, J. (2008): «Búsqueda bibliográfica en biomedicina y ciencias de la salud: estrategias para optimizar la gestión del conocimiento», Pediatr Integral, 11: 20-25.




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